Las comunicaciones entre sus abogados están protegidas como privilegio abogado-cliente. Existen pocas excepciones a este privilegio, como cuando el cliente está involucrado en un delito activo o participa activamente en un fraude. Esto puede incluir cuando un cliente comete perjurio, un cliente hace amenazas serias para dañar a otra persona y también cuando el cliente sabe de una lesión inminente o daño que le ocurrirá a otra persona o persona desaparecida.