Según la ley de Texas, el acusado en un caso de lesiones personales es culpable de negligencia grave cuando consciente y voluntariamente no utiliza un cuidado razonable de una manera que pueda causar lesiones graves o daños a personas o propiedades. El acusado debe haber tenido conciencia real y subjetiva del riesgo, pero procedió a actuar con indiferencia consciente hacia el bienestar de los demás.
Para calificar como negligencia grave, el acto u omisión es uno:
- que visto objetivamente desde el punto de vista del actor en el momento de su ocurrencia implica un grado extremo de riesgo, considerando la probabilidad y magnitud del daño potencial a los demás; y
- del cual el actor tiene conciencia real y subjetiva del riesgo involucrado, pero sin embargo procede con indiferencia consciente hacia los derechos, la seguridad o el bienestar de los demás.
La carga de la prueba de la negligencia grave recae en el demandante y no puede trasladarse al demandado. Tampoco puede satisfacerse mediante evidencia de negligencia ordinaria, mala fe o una práctica comercial engañosa.
Un fallo unánime de negligencia grave por parte de un jurado puede someter al acusado a daños ejemplares.